Un Reserva con larga vida por delante
Perteneciente a una añada calificada como Excelente en Ribera del Duero, el Condado de Haza Reserva 2010 del genial Alejandro Fernández destaca por su complejidad y amplitud.
Alejandro Fernández, creador del mítico Tinto Pesquera, es el artífice de Condado de Haza, uno de los proyectos más espectaculares que se han llevado a cabo en Ribera del Duero, al estilo de los legendarios châteaux franceses. Aquí nace Condado de Haza Reserva 2010, un tinto diseñado para durar en el tiempo.
Fundada a finales de los ochenta, Condado de Haza se sitúa en el término de Roa (Burgos), en pleno corazón de Ribera del Duero. Aquí, Alejandro Fernández trabaja una ladera de suelos pobres cultivada con 200 hectáreas de viñedo que rodean a la bodega.
Cuando Alejandro Fernández descubrió al mundo su proyecto de Condado de Haza, muchos veían en esta maniobra una jugada magistral del bodeguero para ampliar su producción en la Ribera del Duero (tras crear Tinto Pesquera). Pero lejos de perseguir un mero engrandecimiento de su portafolio vinícola, Alejandro sabía que esta zona de Roa tenía cualidades para alumbrar una bodega referente por derecho propio. Y así fue. Condado de Haza ha llegado a superar en determinadas ocasiones a la casa madre (Tinto Pesquera), como cuando la publicación Wine Spectator consideró la añada 2005 de Condado de Haza como el mejor vino español en su listado anual de los Cien Mejores Vinos del Mundo en el año 2010.
Ficha de cata de Condado de Haza Reserva 2010
En Vista color rojo picota de muy buena capa con vivos destellos granate-violáceos en su ribete externo.
En nariz se muestra complejo y elegante, apareciendo en primer plano unas agradables notas golosas (frutos negros en confitura) que dan paso a recuerdos especiados de canela y vainilla sobre un fondo balsámico y sutiles tostados.
En boca es amplio y carnoso, con taninos redondos y una equilibrada acidez, lo que genera una grata degustación. Final en el que reaparecen las notas frutosas, especiadas y tostadas apreciadas en nariz.
Crianza: Envejecido en barrica de roble americano durante 18 meses y otros 6 meses en botella.
Maridaje: Asados de cordero y cochinillo lechal, chuletillas al sarmiento, quesos semicurados y aves asadas al horno.
Recomendaciones: Decantar media hora antes de su consumo.
